sábado, 19 de mayo de 2018


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viernes, 18 de mayo de 2018




El lector sabrá disculpar que, por razones de tiempo, no haya podido desarrollar este escrito como un ensayo adjunto o de otra manera apropiada. Lo que sigue es la traducción libre que he realizado de un texto originalmente en inglés al que he acompañado de anotaciones personales (en azul) a fin de invitar a una mayor reflexión sobre el mismo – Vāyu-sakha.



El estudiante húngaro Vályi István y la conexión india con el romaní.

por Ian Hancock.

Dentro de los estudios romanológicos, se ha convertido en tradición señalar que el descubrimiento de la afiliación india del lenguaje romaní se debe a Vályi István, estudiante de teología húngaro que se dice asistió a la Universidad de Leiden a principios de 1760. Vályi fue hijo de una familia terrateniente que vivía en el condado de Komora y que empleaba a muchos trabajadores roma en sus propiedades, personas a partir de las cuales pudo aprender algo del lenguaje romaní. Sin embargo, no existe ningún relato del hecho [de su descubrimiento] que provenga directamente del propio Vályi. En última instancia, la historia puede rastrearse hasta llegar a un impresor llamado Stephan Pap Szatmar Nemeth, alguien que evidentemente tuvo en sus manos las notas manuscritas de Vályi. 

Si aún no ha sido introducido, el término romanológico’ sería un neologismo español que refiere a los estudios sobre los romaníes o pueblo gitano. La Universidad de Leiden está situada en los actuales Países Bajos, mientras que el condado de Komora queda en Croacia.


En una conversación a fines de 1763, Nemeth le habló a cierto conde Szekely von Doba –capitán del ejército y archivista aficionado- sobre Vályi y su descubrimiento, supuestamente dándole o vendiéndole aquellas notas. Szekely también era filólogo aficionado, razón por la que pudo reconocer el valor de aquel descubrimiento y eventualmente se lo transmitió al académico austríaco Georg Pray. Éste, a su vez, lo publicó como una breve noticia que finalmente apareció en la Vienna Gazette (llamada también Wiener Anzeigen o Gazette de Vienne) en 1776; lo hizo en latín y de la siguiente manera, según sus propios términos:

Die 6 novemb. viſitauerat me Stephanus Pap Satmar Nemethi, Typographus Karolienſis, habito ad inuicem diſcurſu mihi retulit: Eſt in Comitatu Comaromienſi, in villa Almas, Paſtor Reformatus, Stephanus Vali, is eidem retulit; dum Ludguni Batauorum ſtudiorum academicorum cauſſa fuiſſet conſtitutus, se vſum fuiſſe familiaritate trium iuuenum Malabaricorum, qui ſemper terni ibi ſolent ſtudere, nec niſi aliisternis venientibus redire poſſunt ad ſuos. Ex horum amicitia hunc fructum hanſit Stephanus Vali, quod mille et plura vocabula eorum linguæ, cum ſignificatione eorumdem, adnotauerat, abſeruando plura notris Zingaris eſſe communia. Ipſis enim Malabaribus afferentibus, in Inſula Malabaria, eſſe prouinciam vel diſtrictum (qui tamen in mappa non conſpicitur) quæ Czigania vocatur. D. Vali redux Zingaris Jaurinenſibos perquiſiuit, eas voces a Malabaribus ſibi dictatas quarum ſignifications Jaurinenſes Zingari absque vila difficultate eidem dixerunt; vnde Czinganos ſeu Czinganos ex prouincia Malabarica, Czigania, ortos conclude poteſt.
Velim autem ſcias, dulcis amice, Stephanus hunc Pap Nemethi eſſe vnum ex eruditis Patriæ nostræ, qui, antequam, ad academias Belgicas exiuiſſet fuerat ciuis, et ex poſt ſenior Colegii Lebrezinenſis, nec ita credulum, vt ſibi paſſus fuiſſet imponi a Valio Paſtore Almaſſienſi.

En primer lugar, no entiendo por qué Hancock le atribuye la primicia de esta nota latina al abad jesuita, György Pray, sosteniendo además que lo publicó en 1776 en la Vienna Gazette (la cual, según él, también es conocida como la Wiener Anzeigen o La Gazette de Vienne).

Cuando Grellmann menciona a la Wiener Anzeigen (probablemente un tanto confundido), en realidad no se refiere a La Gazette de Vienne. Tras publicar el texto latino en su libro como una nota a pie de página, Grellmann señala su precisa procedencia de la siguiente manera: S. Anzeigen aus den K.K. Erbländern, 6ter  Jaghr. Seit. 87.88. Lo cual es correcto, pues hace referencia a una publicación que se emitió en Viena entre 1771 y 1776, la Anzeigen aus Sämtlichen Kaiserlich Königliche Erbländeren (ASKKE) | ‘Informes de todos los reinos del imperio de los Países Bajos’. En su edición del 13 de marzo de 1776, la ASKKE sitúa lo siguiente en el índice principal: der Abhandlung von den Zigeunern in Ungarn und Siebenbürgen, Vom Ipeker Erzbißthum | ‘Ensayo sobre los zíngaros de Hungría y Transilvania, del arzobispado de Ipek [Dalmacia]’; y al ubicar las respectivas páginas, se halla el siguiente encabezado: II. Vermiſchte Nachrichten - Von der Sprache der Zigeuner | ‘II. Notas varias – Sobre el lenguaje de los zíngaros’. Dentro de esta nota aparece el texto en latín, que también figura a modo de pie de página y atribuido a ‘Samuel Székely von Doba’. Tal texto, además, pertenece a una serie de notas aparecidas periódicamente en la ASKKE y que versan sobre los gitanos, todas son presentadas bajo el mismo formato y sin indicar autoría. Luego, ¿porqué Hancock le atribuye la primicia de la publicación a Pray y en la Vienna Gazette?

La traducción directa de este texto en latín no aparece en el original de Hancock. Y en la traducción al alemán que transcribirá después, falta el último párrafo que se observa aquí, dentro del cual no he podido identificar la institución educativa a la que se alude con la expresión: 'Colegii Lebrezinensis'.

El día 06 de noviembre, me visitó Stephanus Pap Satmar Nemethi, tipógrafo húngaro, quien en nuestra conversación me dijo lo que le había informado Stephanus Vali, del Comité de Komora, pastor reformado del pueblo de Almasch: cuando éste efectuaba sus estudios en la Universidad de Leiden se familiarizó con tres jóvenes malabares, pues tres de ellos solían estudiar ahí y no podían regresar a los suyos sino hasta que fuesen relevados por otros tres. Y del fruto de aquella amistad, Stephanus Vali pudo registrar más de mil vocablos en su lengua junto al significado de las mismas, notando que tenían mucho de común con los de nuestros zíngaros. En verdad, estos mismos malabares sostenían que en la Isla de Malabar existía una provincia o distrito (que no aparece en los mapas) que se llamaba Zigania.
Vali regresó junto a los zíngaros croatas para seguir indagando y les preguntó por la significación de las voces que los malabares le habían dictado; y los zíngaros croatas le expresaron lo mismo sin ninguna dificultad, por lo que se puede concluir que los zínganos, o zínganos de la provincia malabar, provienen de Zigania.

Quisiera que sepas, querido amigo, que este Stephanus Pap Nemethi es uno de los eruditos de nuestro país, quien estuvo en academias belgas y después en la universidad lebrezinense; aunque no lo creas, este paso fue dado por Vali, pastor de Almasch.

La historia, sin embargo, sólo se generalizó tras la publicación del libro Die Zigeuner, de Heinrich Grellmann. La apreciación anterior fue traducida de la Vienna Gazette de la siguiente manera [dentro del libro de Grellmann]:

Im Jahre 1763 den 6ten November, sagt der lirheber dieser Nachtticht, besuchte mich ein Buchdrucker, Nahmnes Stephan Pap Szathmar Nemethi. Indem wie so von Allerley plauderten, kamen wir auch auf die Zigeuner; und bey dieser Gelegenheit erzählte mir mein Gast, aus den Munde eines Reformierten Predigers, Stephan Vali, zu Almasch im Komorner Komitat, folgende Anecdote: Als er, dieser Vali, auf den hohen Schule zu Leiden studiert habe, sey er mit den Malabarischen jungen Leuten, dergleichen beständing drey daselbst studiren müssen, und die nicht eher in ihr Vaterland zurückkeren dürfen, bis wieder andere drey an ihrer Stelle da sind, in genauer Bekanntschaft gestanden. Weil er nun bey ihrem Umgange bemerkt habe, daß ihre Muttersprache derjenigen, die unseren Zigeunern eigenthümlich ist, überaus ähnlich sey; so habe er diese Gelegenheit benutzt, sich mehr aus tausend Wörter, nebst ihrer Bedeutung, aus ihrem Munde aufzuzeichnen. Dabey hätten auch diese Jünglinge versichert, daß sich auf ihrer Insel ein Strich Landes, oder eine Provinz, Czigania genannt (die man aber auf der Charte vergeblich sucht wirklich finde). Nachdem nun Vali von Universitäten wieder zu Hause gewesen wäre, habe er sich über die Bedeutung der mitgebrachten Malabarischen Wörter bey den Raber Zigeunern erkundigt, und diese hätten ihm jedes ohne Mühe und Anstoß zu dolmetschen gewußt.
En el año 1763, el día 06 de noviembre -dice el autor de esta noticia- vino a verme un editor de nombre Stephen Pap Szathmar Nemeth. Mientras hablábamos, tocamos el tema de los zíngaros; y en tal ocasión mi huésped me contó la siguiente anécdota procedente de la boca de un predicador de la Iglesia Reformada, Stephen Vali, de Almasch, en el condado de Komora. Cuando este Vali estudiaba en la Universidad de Leyden llegó a familiarizarse con unos jóvenes malabares: tres individuos que estaban obligados a estudiar allí de forma continua, sin que se les permitiese regresar a su patria hasta ser relevados por otras tres personas, según le confesaron. Durante sus tratos, pudo observar que su lengua nativa tenía una gran afinidad con la hablada por nuestros zíngaros, así que aprovechó la oportunidad para registrar de sus bocas más de mil palabras y sus respectivos significados. Estos jóvenes le aseguraron, además, que en su isla había una extensión de tierra, o una provincia, llamada Zigania (aunque no figura en los mapas pero que realmente existe). Cuando Vali volvió a su hogar luego de la universidad, se acercó a los zíngaros rábenos a fin de preguntarles sobre el significado de los términos malabares que había registrado; ellos se lo explicaron sin problemas y sin dudarlo.
(Traducido de la edición en inglés, 1807:170-171).

Nuevamente, la publicación original no se realizó en la Vienna Gazette sino en la ASKKE. Y pese a que tal edición contaba ya con una versión en alemán, por alguna razón Grellmann no la copia sino que la modifica para así situarla en el cuerpo principal de su obra, poniendo la versión en latín a pie de página. 

He corregido ligeramente la traducción del inglés para ajustarlo más a su original alemán; hice otro tanto también en el subsiguiente texto.

Varios de los contemporáneos de Grellmann (como Pallas, Rüdiger, Pauer, Büttner y Marsden) sin duda leyeron también aquel informe aparecido en la Vienna Gazette. La posibilidad, además, de que Grellmann inventara una historia basada en aquel suceso a fin de reclamar una cierta “primicia” tiene que descartarse, ya que apenas un año antes la misma había aparecido –bajo una redacción bastante similar- en un extenso tratado de dos tomos de Samuel ab Hortis (1775: 85-96). Es a este estudioso húngaro-eslovaco de Gross-Lomnitz y no a Grellmann a quien debiera atribuirse la primicia de haber escrito un detallado estudio etnográfico sobre los romaníes. Dentro de su obra (1783:102), Grellmann hace referencia a la revista en la que apareció el trabajo de Ab Hortis (el Anzeigen aus Sämtlichen Kaiserlich Königliche Erbländeren) [ASKKE], pero no lo menciona como su autor. El texto de Ab Hortis (1775:82) dice lo siguiente:   

Im Jahre 1763 den 6ten November besuchte mich ein gelehrter Buchdrucker, Nahmens Stephan Pap Nemethi, welcher mir bey unseren Unterredung zugleich entdeckte, wie ihm ein Protestantischer, in dem Kormornerkomitat dazumal zu Almasch befindlicher Prediger Stephan Vali erzählet habe; Als sich nämlich dieser Vali auf der hohen Schule zu Leyden befand, so hätte er mit dreyen malabarischen Jünglingen daselbst genaunen Umgang und Freundschaft gepflogen; indem es gewöhnlich ist daß beständing dreye von dieser Nation daselbst studerum andre drey an ihrer Stelle da sinn. Weil nun Vali merkte daß ihre Muttersprache mit der Sprache unserer Zigeuner nicht eine geringe Verwandschaft haben möchte, so suchte er aus diesem Umgang den Vortheil zu gewinnen, daß er aus ihrem Munde mehr den tausend malabarische Wörter nebst ihrer Bedeutung aufzeichnete. Vali wurde in seiner Muthmassung noch mehr gestärket, nachdem ihn Czigania genannt (die man aber auf den gewöhnlichen Landkarten vergäblichen suchen wird) wirklich vorhanden sey. Als nun Vali, daer sich wiederum in seinem Vaterlande befand, sich bey denen Raber Zigeuneren wegen der Bedeutung dieser malabarischen Wörtererkundigte, so wusten ihn die Zigeuner die Bedeutung aller dieser Wörter ohne alle Mühe und Schwierigkeit herauszusagen.
En 1763, el día 06 de noviembre, me visitó un erudito editor llamado Stephen Pap Némethi, y a partir de nuestra conversación de inmediato descubrí que existía un predicador de nombre Stephen Vali en el Comité de Komora, en Almasch, y que él había asistido a la Universidad de Leiden, en donde había conocido a tres jóvenes malabares y se había hecho muy amigo de ellos; era práctica común de su nación que tres personas viniesen aquí hasta que otras tres las relevaran. Vali notó que su lenguaje nativo comportaba mucho más que una cierta afinidad con el lenguaje de nuestros zíngaros, por lo que aprovecho aquella oportunidad a fin de poder registrar de sus bocas más de mil palabras malabares junto a sus significados. Vali reforzó aún más sus suposiciones cuando aquellos le hablaron de ‘Zigania’ (que no se halla en los mapas comunes pero que realmente existe). Cuando Vali regresó con los zíngaros rábenos de su país a causa de la importancia de las palabras malabares que había registrado, se encontró con que los zíngaros comprendían el significado de todas aquellas palabras sin problemas ni dificultad.

Este texto, que Hancock atribuye directamente a Ab Hortis, es el que aparece de forma prácticamente anónima dentro de la nota de la ASKKE en cuestión. El hecho de que Grellmann no reconociese la autoría de Ab Hortis pudo deberse simplemente a que lo ignoraba, ya que –según lo he señalado- esta nota y todas las demás pertenecientes a la serie sobre los gitanos publicada en la ASKKE carecen de autoría. Es posible, además, que eso mismo les haya sucedido inicialmente a los investigadores contemporáneos de Grellmann.

Entiendo que ‘rábenos’ sería el gentilicio apropiado para los habitantes de Rab, isla de Croacia.


Ciertamente, con el correr de los años el episodio se fue tornando bastante confuso. Piasere trató de resolverlos, pero situó trece años antes la nota de la Vienna Gazette y no concluyó nada firme respecto a quién podría haber sido el autor de aquel hallazgo (1988:120); si bien sugiere el fenómeno del ‘descubrimiento simultáneo’ siguiendo a Kroeber (1917). Sampson (1911) concedió fuertes argumentos al sostener que fue Jacob Bryant quien efectuó la conexión mucho antes que Grellmann e independientemente de él; y Matras (1999b) ha realizado afirmaciones similares a favor de Jacob Rüdiger. 

Otro de los contemporáneos de Grellmann, el cartógrafo James Renell, de seguro pudo leer también el informe de 1776 de la Vienna Gazette, en donde se menciona a ‘Zigania’ como un lugar auténtico y próximo a la tierra de los estudiantes, pues Renell lo incluyó en su mapa de la India publicado seis años después (registrándolo como Cingana, tras ajustar la grafía para acercarla más al término cingan; aunque lo descartará en ediciones posteriores). La historia de Nemeth registrada por Ab Hortis supuestamente fue reproducida de manera fiel por Pray y abiertamente embellecida por Grellmann.

De nuevo, la ASKKE no señala ninguna autoría de manera clara, por lo que no pudo haber sido Pray.

En la Europa de aquella época, cingan era otro de los nombres muy utilizados para referirse a los romaníes. No he podido hallar la región de ‘Cingana’ en el mapa de Rennell; ni Hancock ni Willems –quien lo señala como ‘provincia’- conceden indicios cartográficos para ubicarla con mayor precisión dentro de la India. ¿No será porque –así me parece- resulta de una mera confusión de ambos al leer los entrecruzados nombres dentro de la cartografía? El nombre de ‘Cingana’ pareciera surgir del hecho de que una C mayúscula -que es parte de la espaciada inscripción del ‘DECCAN’- se cruza y antepone graciosamente a la palabra ‘Telingana’, dejando así: t e l  C i n g a n a. El nombre de Telingana alude al actual estado de Telaṁgānā, que aparece en posteriores mapas de Rennell sin prestarse a esta confusión.


















Dado los hallazgos que ahora siguen, tenemos que preguntarnos si Vályi realmente estuvo registrado en la Universidad de Leiden. Al momento no existe evidencia alguna de que haya sido así, y los únicos detalles de la historia que tenemos son los que se encuentran en Ab Hortis y Grellmann. La breve pieza de Pray aparecida en la Vienna Gazette carece por completo de material lingüístico; y la supuesta lista de mil palabras de Vályi, además, jamás se ha encontrado.

La ‘breve pieza de Pray aparecida en la Vienna Gazette’ sin duda alude a la anónima nota en la ASKKE, según estamos viendo. En la pieza del 13 de marzo de 1776, ciertamente no aparece ningún material linguístico. Pero en la pieza del 20 de marzo de 1776, sí se dan algunos alcances. Ahí, bajo el subtítulo de: II. Vermiſchte Nachrichten. Beſchluß von der Sprache der Zigeuner | ‘II. Notas varias - Conclusiones sobre el lenguaje de los gitanos’, se halla un vocabulario de unas 50 palabras, una veintena de numerales y dos versiones del Padrenuestro en romaní. Si bien la supuesta lista de más de mil palabras no se ha encontrado hasta el momento.

En la época de Grellmann, el lenguaje de la Costa Malabar aludía al tamil antes que al malayalam, tal como sucede en la actualidad (Caldwell, 1856:4n). Pero, al igual que el malayalam, el tamil es un lenguaje drávida y por ende bastante desconectado del romaní. Grellmann ideó la identidad de los estudiantes indios como hijos de brāhmaṇas a fin de poder afirmar que el lenguaje que aquellos hablaban no era suyo sino el ‘Shanscritt’ del que descendía el romaní.

Sin embargo, aunque el romaní ciertamente tiene su origen en el sánscrito, de ninguna manera ha permanecido tan inmutable como para ser comprendido sin problemas ni dificultad por alguien que hable sánscrito. Incluso un listado básico de cien ítems léxicos del romaní, de [el lingüista Morris] Swadesh, demuestra que éste sólo tiene un 80% de correspondencia con los lenguajes índicos contemporáneos; y las comparaciones de formas sonoras son mejor efectuadas con los modernos lenguajes indoarios, tales como el hindi o el punjabi, antes que con el sánscrito. De hecho, si las palabras fueron rápidamente reconocidas como similares al romaní, los estudiantes malabares bien podrían haber estado hablando en indostánico antes que en sánscrito. Probablemente ni Vályi ni Szatmari tenían la experiencia suficiente para identificar un lenguaje específico de la India.  

La siguiente tabla comparativa ilustra la proximidad del sánscrito, indostánico, romaní y singalés (lengua índica hablada en Sri Lanka), con el ‘malabari’ (tamil) no indoario: 
























En la segunda imagen he corregido ligeramente el recuadro expuesto por Hancock: si se atiende a los vocablos en las diversas lenguas, en la primera línea no corresponde la palabra 'dance' (baile) sino 'juego'. Situé, además, los debidos signos diacríticos y modifiqué algunas palabras en singalés y tamil, ya que a las mencionadas en el primer caso no pude encontrarlas en ningún vocabulario.


En 1990 puede visitar el salón compartido de los estudiantes en la Universidad de Leiden, el lugar más propicio para que se produjera aquel encuentro supuestamente histórico. Durante mi estadía en la ciudad, intenté también recopilar registros del s. XVIII que podrían conceder mayores detalles. Compartí mi interés con el Dr. Harm Beukers, de la Faculteit Sociale Wetenschappen (Facultad de Ciencias Sociales), quien me prometió continuar con la indagación según se lo permitiera el tiempo. Algunos meses después, recibí una noticia suya relacionada con sus hallazgos, la misma que he incorporado en este informe.

Según los registros de la universidad de aquel periodo, los estudiantes que ingresaban a ella estaban obligados a registrar sus nombres en la Oficina del Canciller (el Rector Magnificus) el mismo día que arribaban a Leiden. Más aún, mientras el estudiante estuviese en la universidad tenía que renovar su matriculación -es decir, su solicitud de inscripción- de forma anual y en las cercanías del 08 de febrero. Su nombre aparecería entonces en un directorio conocido como Recentzelissten. El Dr. Beukers examinó tanto este Recentzelissten como los Volumina Inscriptzo concernientes al periodo que va de 1750 a 1763 (fecha en que, según Grellmann, se realizó por vez primera el informe de este evento), pero buscando el nombre de István Vályi o Stephen/Stefan Vali, no encontró nada. Sin embargo, sí halló una clave para una posible línea de posterior investigación.

1763 no es la fecha designada por Grellmann sino la que apareciera originalmente en los textos alemán y latín de la ASKKE, sin que se haga mención alguna de su exacta procedencia o autoría.

Casi todos los años, a dos estudiantes de Hungría se les daba la oportunidad de inscribirse en el Statencollege de la Universidad de Leiden, institución originalmente fundada por los Estados de Holanda para posibilitar que los estudiantes provenientes de las pobres familias holandesas pudiesen adquirir una mayor educación. El registro del 16 de mayo de 1761 señalaba que un tal Michael Pap Szathmari, ‘Transsylvano Hungarus’ (de la Transilvania húngara), fue admitido como estudiante de teología. Una posterior indagación, esta vez sobre el Registro de Exámenes, enumeraba a dos estudiantes con el apellido Szathmari. Para el 28 de septiembre hace su aparición un tal Daniel ‘Hungarus, extra ordinem ab III. Curatoribus et Consilibus commendatus’ [húngaro, extraordinariamente recomendado por curatos y asesores]; y para el 04 de junio de 1761, aparece el mismo Michael Pap como ‘commendatus a Professoribus Collegii Reformati Claudio-polotani in Transsylvanio’ [recomendado por los profesores de la reformada Universidad de Koloszvar (Klausenberg), en Transilvania (Rumanía)]. Sin embargo, un examen de este particular registro durante la totalidad del periodo que va de 1700 a 1790, no indica el ingreso de ningún Vályi István ni de nadie parecido.     

Tras una primera evaluación, pareciera que, sin ninguna evidencia auténtica respecto a la existencia de Vályi István en la Universidad de Leiden, la historia relacionada con el mismo fue una invención producida por la familiaridad del barón von Doba con Szathmari. Sin embargo, las afirmaciones del impresor se ven reforzadas por el hecho de que uno de los estudiantes húngaros, teólogo, llevaba también su poco común apellido; por lo que bien pudo haber sido un pariente suyo quien transmitiera la historia. Más aún, tres estudiantes procedentes del sur de la India –en realidad de la isla de Ceylán- fueron admitidos durante la década de 1750, siendo ‘obligados a estudiar continuamente’ en los Países Bajos. Sus nombres eran Johannes Meyer, admitido el 04 de septiembre de 1750; Petrus Cornelissen, el 07 de octubre de 1752; y Antonius Moyaars, el 23 de septiembre de 1754. Todos ellos fueron registrados como ‘Ceylonensis’; es decir, como procedentes de Sri Lanka, que entonces era una colonia holandesa y –al igual que aquella patria descrita en el texto de von Doba- es una isla. Las lenguas habladas allí en aquel entonces eran el tamil (que es drávida), el holandés, el creole luso-asiático y el singalés (lejanamente relacionado al romaní pero radicalmente diferente al mismo, según se ve en la comparación anterior). Los nombres de los estudiantes sugieren que eran burghers ceilaneses, que probablemente profesaban la fe cristiana y que tenían como habla nativa el creole holandés y/o portugués. No hay forma de saber si además hablaban alguna otra lengua india. Los descendientes de los burghers actualmente viven en el área de Batticaloa y hablan tanto tamil como creole.

Los burghers ceilaneses pertenecían al pequeño grupo étnico euroasiático de quienes descendían de las relaciones que los portugueses, holandeses y británicos mantuvieron con las mujeres originarias del lugar.

Es evidente, entonces, que Vályi no estuvo registrado en Leiden sino en la Universidad de Utrecht; y no en 1763 sino diez años antes, en 1753 (fecha en que los tres estudiantes ceilaneses estuvieron en Leiden). Aún más, aquel no aparece registrado como Vályi István sino como Stephanus Waali. Por lo tanto, tan sólo podemos sugerir que fue alguien que ocasionalmente visitaba Leiden, quizás para encontrarse con otros estudiantes de teología. Aunque también es posible, por supuesto, que no se le deba reconocer el descubrimiento a él sino a uno de los Szatmaris, quienes también fueron húngaros y bien podrían haber sabido un poco de romaní.

Como nota final, debo señalar que buena parte de esta información original, que publiqué por vez primera en 1992, fue reproducida por Willems (1997: 57-59) sin una debida referencia. En ese mismo libro, Willems [paradójicamante] reprocha a Grellmann por no reconocer sus fuentes.

Sea que lo haya efectuado de manera intencional o no, el hecho bien podría recordarnos que la altura académica no es nada inmune a las bajas dolencias éticas.

Al margen de esto, mientras indirectamente desarrolla la sugerencia de Hancock de reconocer el descubrimiento de la conexión india a Samuel ab Hortis, Willems nos concede una oportuna presentación de lo que hasta ahora se sabe sobre este autor húngaro. Véase la adenda.

...

Fuente:

- Hancock, Ian (2010). Danger! Educated Gypsy: Selected Essays. Gran Bretaña: University of Hertfordshire, pp. 47-53.



Adenda.

Dada la tradición de preservar las identidades de los autores, pareciera imposible descifrar a qué mano pertenecen cada uno de los artículos del Anzeigen [ASKKE]. Incluso Ruch [104], después de abordar largamente los paralelos entre Grellmann y la serie aparecida en aquel periódico, tan sólo indica que el responsable de las notas sobre los gitanos en Hungría y Transilvania es un autor desconocido. Pero eso es un error, ya que al final de la última entrega dedicada a los gitanos, bajo un tipo de letra diminuta y discreta, se ve impresa la inicial ‘ab H’. Este indicio, que aparece al final de las notas más concluyentes, es la única pista sobre la autoría que -en aquel entonces y ahora- ha dejado entrever la revista. Tras un rápido vistazo a los colaboradores de la publicación mencionados anteriormente, notamos el nombre de Samuel Augustini ab Hortis como ‘ab H’.

Poco se sabe sobre la vida y obra de este erudito protestante de origen húngaro. Había nacido el 05 de agosto de 1729 en Nagylomnic (Gross-Lomnitz en alemán), en el distrito de Szepes (Zips); y murió un 05 de agosto de 1792 en Szepesszombathely (Goergenberg) [105]. A partir de 1761 fue clérigo de la comunidad evangélica luterana, después de haber completado su formación en varias universidades alemanas, incluyendo la Wittenberg. Ab Hortis escribió varias piezas para el Anzeigen que versaban sobre la historia natural de Hungría; aunque en ninguna parte figura claramente que él fue el autor de la serie sobre los gitanos. Durante su vida publicó cuatro libros y tras su deceso apareció una quinta obra [106].

Además de sus iniciales, he hallado también un segundo indicio que hace muy posible que Ab Hortis fuera el autor de la serie que aquí nos interesa [107]. Ya he mencionado que, tanto en la Biblioteca Nacional de Hungría como en la Biblioteca de la Academia Húngara de Ciencias (ambas en Budapest), existen algunas cartas que intercambiaron los colaboradores de la revista y los editores. De hecho, aún en el limitado número de cartas que todavía se conservan, no se dice absolutamente nada acerca de la serie sobre los gitanos; y no pareciera haberse preservado ninguno de los manuscritos de Ab Hortis. Lo que el archivo guarda es una carta de András Jónás Czirbesz -uno de los editores de la revista además de clérigo en la provincia de Szepes- que contiene un pasaje que refuerza la posibilidad de mis deducciones: 
  
Einer meiner Freunde, ein fleissiger Mitarbeiter an den gelehrten Anzeigen, bewogen durch die Allerhohste Sorgfalt, unserer gnadigsten Landesmutter, fur die Regierung des armen Zigeuner-volks, arbeitet an einen Versuch, die Geschichte dieser Nation betreffend, ihren Ursprung, Sitten, Gewohnheiten, Lebensart, Kleidung, Krankheiten, Laster, und Ausschweifungen, Sprache und dergleichen betreffend.

Uno de mis amigos, diligente contribuidor de revistas académicas, viéndose movido por la mayor preocupación por la dirección de los pobres gitanos (tal como la misericordiosa madre de nuestro país [la emperatriz]), está trabajando en un ensayo sobre la historia de tal nación, sobre su origen, costumbres, hábitos, forma de vida, vestidos, enfermedades, vicios y excesos, lenguaje y demás [108].

...

Notas correspondientes a la adenda:

104. Ruch, 1986:104
105. En la actualidad, esta ciudad se llama Spîsská Sobota, situada en lo que hoy es Eslovaquia. La información sobre el autor proviene de dos diccionarios biográficos húngaros: el Nevri Nagy lexicon, II parte, bajo la entrada ‘Augustini ab hortis, Samuel’ (1811:299); y el Magyar életovjti lexicon, I parte, bajo la entrada ‘Augustini Sámuel, ab Hortis’ (1881:62). He consultado también dos diccionarios alemanes: en el de Von Wurzbach, bajo ‘ab Hortis, Samuel’ se registra el 26 de Agosto de 1729 como fecha de nacimiento y la de deceso figura como desconocida (1856-1923:311); y lo mismo sucede en el de De Luca, en la I parte de su edición ampliada (1777:255).
106. Véase la breve introducción biográfica de Rudolph Weber escrita para póstuma obra de Ab Hortis: Topographische Beschreibung des Flusses Poprad oder Popper in der Zips aus dem Jahre 1782 (Kesmark, 1900).
107. La etnóloga húngara, la Dra. Vieira Urbancová, recientemente ha llegado a la misma conclusión, no solo sobre la base de la inicial 'ab H' sino tras consultar fuentes húngaras locales. Urbancová está preparando una edición bilingüe (húngara-alemana) de la serie de notas sobre los gitanos: Samuel Augustini ab Hortis Cigáni v Uhorsku/Zigeuner in Ungarn (1775) (Bratislava: Studio Bratislava, 1994). Véase también su introducción y epílogo, en donde insta a la restauración de tal ‘relegada monografía’ para así concederle el respeto que se merece. Vaya mi agradecimiento a Han F. Vermeulen, antropólogo de la Universidad de Leiden, quien tras leer mi disertación llamó mi atención hacia la publicación de Urbancová.
108. Esta carta, fechada el 03 de febrero de 1775, estaba dirigida a Dániel Cornides, ‘profesor de Pest’, a quien Grellmann agradece en la segunda edición de su libro por los materiales que había puesto a su alcance. Según una misiva de László Ottovay, miembro de la Biblioteca Nacional de Hungría (del 11 de junio de 1991), la carta de Czirbesz se halla en la colección manuscrita de la Academia Húngara de Ciencias, en la sección Ungarische Literaturkorrespondenz (Magyar irodalmi levelezés), 4r.60, n° 81. Ottovay agrega que él también considera probable que Sámuel Augustini Ab Hortis fuera el autor que escribiera la serie sobre los gitanos.
...

Fuente:

- Willems, Wim (2013). In Search of the True Gypsy: From Enlightenment to Final Solution, pp. 63-64. New York: Routledge.




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jueves, 10 de mayo de 2018



La vida gitana en Yugoslavia (tomas de exterior).

10 de septiembre de 1929 - Fox Movietone.


- Toma 1: Informativos de la productora Hearst Metrotone (EUA). Un hit de la Metrotone: El Sendero Romaní - visita a un campo de alegres gitanos en los montes balcanes, en Zagreb, Yugoslavia [actual República de Croacia].

Un grupo de músicos romaníes toca mientras otros bailan. Luego aparecen unos niños cantando.


- Toma 2: ¡Bienvenido forastero! Mira la pelea de los más jóvenes por una monedas.

Un hombre arroja monedas al aire y luego los más chicos se pelean por agarrarlas.


- Toma 3: “¿Te digo la suerte? Te encontrarás con una mujer de tez oscura” – imagínense lo demás por ustedes mismos.

Una mujer romaní le lee las cartas a un hombre.



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Jekh kanraleski historija.

Historia sobre el erizo.


por György Rostás-Farkas.


Jokhar dulmut, po sunto György-plaj, avlas mança ande jakha o Vendelke e kanralengo krajoro. Ratji sas, abljonas e čerhaja ando veš; but patra sas pe phuve ande šonitesko nuro jokhar-jokhar abdjol’as jek-jek brišindesko piko paji. Kado šutas šukarseke amare ratja.

Cierta vez, hace mucho tiempo, estando en la colina de San Jorge se acercó a mí Vendelke, el príncipe de los erizos. Ya era de noche y las estrellas se adentraban en el bosque; la región era muy frondosa y por momentos los rayos de luna resplandecían en las pequeñas gotas de rocío. Eso hacía maravillosa nuestra hermosa noche.  

E pača feri e kanralesko zhape phaglas. Vurdonesa avilom pekado dulmutano than kaj kadi vatra so varikana amare phurenge thana sas; o lungo drom pharo haj khino sas. Mure jakha daba zhanglom puterdes te inkrav katharo pharo khinjipe kana angla mande maladjilom, katharo pharo khinjipe kana angla mande maladjilom; kasa aba muro angluno trajo mišto pinžaros e Vendelekesa e kanraleske krajoresa. Duma das mande:

Aquella quietud sólo se vio resquebrajada por los pasos del erizo. Hacía mucho que yo había llegado con un carruaje a este campo que alguna vez fuera de nuestros ancestros; el largo camino me resultó difícil y agotador. Mis ojos apenas podían mantenerse abiertos a causa de la dificultad y agotamiento que tenía cuando frente a mí se dio ese encuentro; debido a mi vida anterior conocía bien a Vendelke, el príncipe de los erizos. Ahí me dijo, entonces:

– ¿Seros inke pe mande, tu poetona? Ande sunto ragna maladjilam, ande kodola khangeraki bar kaj abljonas e memelja. Kothe somas me klopotari.

 ¿Aún me recuerdas, poeta? Nos encontramos en el camposanto, en aquella iglesia grande en donde alumbraban las velas. Allí yo era el campanero.

– Seroj pe tute, sartena serojas. ¿Sar trajis? ¿Sosi tusa čino kanralo?

– Te recuerdo, recuerdo todo aquello. ¿Cómo va tu vida? ¿Qué es de ti ahora pequeño erizo?

– Muk te phenav tuke mure trajosko pecijipo.

– Deja que te cuente lo que ha pasado con mi vida.

– Ašunav tu Vendelke.

– Te escucho, Vendelke.

– Vi me rom somas, vi mure njamongi phuv e India sas, sar tumari.

– Yo era rom, la tierra de mis antepasados era la India, como la de los tuyos.

– Haj sostar kerdjilan kanralo, Vendelke?

– ¿Y por qué te convertiste en erizo, Vendelke?

– Angla mura njipotura bari bida kerdom, ande kode trubuj pe phuv sar kanralo te trajij muro trajo.

– Cometí una grave ofensa contra mi linaje, por eso debo pasar mi existencia sobre la tierra viviendo como un erizo.

– Opre muntuj tu anda tje bare bezexa de trubuj te žanav, soski bida kerdan.

– Yo te liberaré de eso, pero necesito saber de tu gran pecado, la razón por la que lo cometiste.

O Vendelke zurales rovelas:

Entonces Vendelke dijo con tristeza:

– Žanes jokhar, zurales dulmut, kana e rom mukhle pengo dulmutano them, jekh bari bari butji phiravnas ande pende so but šela berš inkerde. Kathar kodi ašile romenge le rom, ke pengo čačipe či phende avri khanjikaske zhangle, ke lengi zor ande kadi si. Telal bare armaja sas so pe pengi dulmutani phuv šute, angla kodi sar kathe avile.

– Haz de saber que cierta vez, hace muchísimo tiempo, cuando los rom abandonaron la tierra de sus antepasados, llevaban consigo una grandiosa obra que supieron guardar durante cientos de años. Desde aquel entonces los roma lo preservaban entre los rom sin proferir su verdad delante de nadie, pues ahí residía su fuerza. Habían hecho un gran juramento a sus antepasados de aquella tierra, luego siguieron adelante.

– Phen avri, ¿sosas kodi butji, anda soste avri phendan amare sune?

– Pero dime, ¿cuál es esa obra y por qué revelaste nuestros sueños?

– But šela berš kaj phiravav le ande mande, daramnes de tuke phenav. De kodi mangav, tu poetona, či tu na phen khanjikaske.

– Durante cientos de años lo he mantenido conmigo, aunque estoy con miedo te lo diré. Te pido sí, poeta, que no se lo digas a nadie.

Maj paše cirdas pe karingma haj lokhes das duma, ande leske jakha manušesko duk lom sama. Kana rud’jisardas, vi angla mande dačolas jeko veš, jekh ab haj ande kodo: jekh šukar čoxanji najilas, jekh najis romani, jekh čera trubusardasas; hodi te mukav anda late vime amari kumpanija. De muri godji palpale aviles… trubuj te žanas soj kodi e kethanipeski zor so but šela berš kethane xutjilel amen. Kodo te patjas ande jekhavreste jekhavres te na xoxalas.

Se acercó un poco más a mí y me habló suavemente, entonces en sus ojos percibí un profundo dolor humano. Tras confesarse, frente a mí contemplé un bosque y un arroyo dentro del mismo: un hermoso espíritu se bañaba, era un romaní agradecido y que una tienda necesitaba; abandonarlo ahí sería haberlo hecho con nuestra kumpanya. Ahí me vino a la mente lo siguiente… necesitamos reconocer aquella fuerza conjunta que durante cientos de años hemos colectado. Cuando confiemos unos a otros, unos a otros dejaremos de defraudarnos. 

Na feri te žanas vi te hatjaras, hodj-ame, rom-jekh sam; ande but manuša jekh jilo sam. “Kade trubuj te avas jekhavreste, sar amaro las kaj amaro šero”, gindisardom man. Haj kade dom duma:

No sólo lo sabemos sino que lo sentimos, somos eso, los roma somos uno; aunque muchos, somos un solo corazón. “Nos necesitamos unos a otros, como nuestro cuerpo a la cabeza”, pensaba. Y luego dije:

– Hatjarav anda tjo jilo vorbisarsan haj čačikanes bunusardan so kerdan tje bezexa manušença, romença. ¿Tordjol tjo glaso? Tjo rovipe ande tijo dji avel. ¡Na rov! ¡Dik tromanes ande mure jakha! Phen kodi te muntuj tut opre telal tje bezexa so kerdan e romença, lenge keres butji mig trajis. Sitjuv kon pesko nipo avri phenel, kodo vi angla peste kerel bezexa. Kado kade si: kon bida kerdas trubuj te žanel. De me kon peske niponge butji kerel, me.

– Siento que has hablado de corazón y que lamentas sinceramente tu falta contra los hombres, contra los romaníes. ¿Se te entrecorta la voz? Tu lamento surge de tu alma. ¡Pero ya no llores! ¡Anda, mírame a los ojos! Aquí declaro que estás libre de tu pecado contra los roma y que los servirás a ellos mientras vivas. Yo expongo a quien difama a su pueblo, pues ante ellos comete la ofensa. Es así: quien comete una falta ha de reconocerla. Pero está conmigo quien realiza la obra de su pueblo.   

- ¡Aj mure phraleske lav tu!

– ¡Ay, acepta también lo de mi hermano!

Na bister, kado na feri tut šol doj; dujžene pe patjiv trubul te ingrel. Trubuj te colaxaras, patjivasa kerasa butji amare niponge, haj či xoxavas len. Trubuj te phenas: “Ame rom sam” te na lažas. ¡Muro phral!, akanak aba vi kodi trubuj te phenas la lumaxe.

No lo olvido, no lo hagas sólo tú sino los dos; ahora he de confiar en ustedes dos. Necesitan comprometerse y confiar mientras realizan la obra de nuestro pueblo, sin que jamás le mientan. Han de admitir sin ninguna vergüenza: “Somos romaníes”. ¡Hermano mío!, ahora hay que contarle todo esto al mundo.

– Najisarav, poetona. Mišto xutjilav tji vorba haj kodi mangav phen sakoneske te sitjol amaro nipo: te na keren bari bida.

– Gracias te doy, poeta. Acepto con gusto tus palabras y quisiera que le cuentes esta lección a todo nuestro pueblo: que no cometan ellos esta misma falta grave.



Nota: el erizo está muy relacionado con los romaníes debido a que a veces –estando en las rutas a través de los bosques europeos- les servían de alimento comunitario o como supuesto sustento medicinal. De ahí que luego pasaran a convertirse en símbolo del grupo.

György Rostás-Farkas es un reconocido escritor y periodista romaní de Hungría; además de su amplia producción literaria se dedica a trabajar activamente por la inclusión y los derechos del pueblo rom.


P.D.: en ocasiones, luego de publicada una entrada es posible que haga ligeras modificaciones al texto, según encuentre detalles que deba corregir o mejorar.



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