lunes, 2 de abril de 2018



La sugestiva mirada de Aga.

por Vāyu-sakha.

Antes de pasar a realizar un análisis sobre la obra de Elena Lacková, la especialista en estudios romaníes Radka Steklá, sostuvo lo siguiente sobre la escritora:

Fue la primera mujer romaní en graduarse en 1970, en el campo de periodismo cultural, en la Universidad Carlos de Praga. Desde 1993 fue miembro, además, de la asociación de escritores eslovacos y recibió varios premios por su labor en el desarrollo de la cultura rom. En el 2001, fue galardonada con la medalla nacional de la Orden de L’udovit Štúr, III clase. Lacková desempeñó un papel importante en el proceso de autoconciencia de su pueblo y fue quien dio inicio a la escritura romaní como parte de la literatura propiamente rom. Bajo su pluma surgieron diversos artículos, obras de teatro y versos en prosa. Todas sus actividades estuvieron dirigidas a crear un puente vivo entre los roma y los no-romaníes. Elena fue una profeta de su pueblo, misionera romaní en el mundo que no lo es. Sin embargo, esta mujer continúa siendo desconocida en medio de la sociedad. A pesar de su vasta importancia, hasta ahora no sido tenido en cuenta sino en el avanzado campo de estudios romaníes, sin que todavía se haya escrito un trabajo íntegro sobre su persona. La elevada imagen de Elena Lacková podría ser una plataforma que dé lugar a otros finos trabajos dentro de la literatura rom.

Luego, sobre el poema que veremos a continuación, Steklá lo entendió de la siguiente manera:

Balada de un desafortunado y devastador amor, está escrito según una verdadera narrativa romaní. El texto está versificado, carece de notas escénicas y de actuaciones [guionadas] de los personajes. Es la emotiva historia de amor de dos jóvenes roma que termina en tragedia: la mujer, que se convierte en esposa, ama a otro individuo y aprovecha para fugarse con él mientras su esposo está en prisión. Este hombre, por su parte, se siente desdichado al regresar a casa en busca de su amada esposa. Luego, al hallarla en brazos de otro individuo, la mata y termina suicidándose. 
Aunque la historia se desarrolla en un entorno romaní, posee una alta comunicatividad que no se limita sólo a los roma. El tema del desafortunado y trágico final del amor es tan antiguo como la propia humanidad y logró penetrar también en la cultura romaní, que la supo adaptar a sus propias tradiciones. Aquí se ve, por ejemplo, el tema de la violación; crimen que -generalmente inadmisible- para la tradición de este pueblo es suficiente para que una mujer se convierta en la esposa de un hombre. Después de la tragedia, que comúnmente reclama una explicación moral, se escuchará decir al viejo rom:
¡Oh, romaníes, no se indignen por ellos!
El viento le entona una canción a sus muertos,
los árboles se inclinan sobre ellos,
las estrellas derraman lágrimas por sus pecados.
En comparación con otras muestras, esta dramática pieza carece de todo tinte de agitprop. La autora no evalúa el comportamiento de los protagonistas. Esta vez, el propósito del texto no tiene como misión sino transmitir el mensaje poético de una antigua tragedia.



Ago, ago, tre kale jakha…

Aga, Aga de ojos negros…


I.

Dežis
Ago, tire kale jakha sar drakha,
vera tuke lav, hoj tut zorales kamav.

Aga, tus negros ojos son como las uvas;
te juro que te amo profundamente.


Aga
Palemard’i som, Deži, arakh tuke avra.

Soy muy lista, Dezi; búscate a otra.


Dežis
Na pat’av tuke, pat’ival’i sal, ča man kam,
andre miro jilo kerd’om tuke than.

No te creo; yo soy sincero, también mi amor lo es,
en mi corazón ya he dispuesto un hogar para ti.


Aga
Me kamav le Julos, tu man mareha,
leskeri lavuta mange o šero diliňarda.

Yo amo a Jula, tú me hieres;
su violín enloquece mi mente.


Dežis
¡Na marava tut! Čumidava tre bala,
pal tiro šukariben merav andre žal’a.
¡Keci rat’a užaravas tel tumari blaka!
Mro jilo nasval’ol, kamav tut bares,
ča tu man šastares.

¡No te hiero! Yo beso tus cabellos,
por tu belleza desfallezco de sufrimiento.
¡Cuántas noches he aguardado bajo tu ventana!
Mi corazón está enfermo, te ama demasiado;
tú eres mi sanación.


La Agake peren o apsa andral o jakha.

A Aga le brotan lágrimas de sus ojos.


Dežis
Ma rov pal o Julos, hin les but piraňa.
Ma pat’a leske, jov tut igen pokerd’a,
mukhela tut, hijaba tutke o šero diliňarda.

No suspires por Jula, es sólo un aventurero.
No confíes en él, recházalo con fuerza;
déjalo, pues su frivolidad te enloquecerá.


Aga
O šero man dukhal, ¿so čori kerava?

La cabeza ya me duele, ¿qué hará esta pobre mujer?


Dežis
Me vaš tuke, Ago, mire jakha dava.

Soy para ti, Aga; te entrego mis ojos.


Il’a la andre angal’i, andro veš laha gej’la.
Obchudel le Dežis, pro Julos gondol’inel.
Šilales labol o čhon, o kham tele pejl’a.
Kamavenas pes calo rat tel o čherčheňa.
O Dežis na džanel, soske la Agake peren o apsora,
soske bibachtales čerchinen o prajtora.

Él la agarró de los brazos y se la llevó al bosque.
Ella abrazó a Dezi, pero pensaba en Jula.
Eran frescos los rayos de luna, el sol ya había caido.
Se entregaron al amor toda la noche, estando bajo las estrellas.
Dezi no sabía porqué le brotaban lágrimas a Aga,
porqué había un siniestro crujir en el follaje.


Dežis
Imar sal miri romňi, Ago, na mukhava tut šoha.

Ahora eres mi esposa, Aga; nunca te abandonaré.



II.

Sas o bijav baro duje kurkenca,
sar bare raja o Roma Romňenca,
chanas, pijenas, bašavnas, khelenas,
o čhavore lenge pro pindre uštarenas.
O Dežis barikano la Aga bond’arel,
o Julos chol’amen dukhades bašavel,
paš e cimbalma gil’avel e Aga brigate,
sar pre bijaveste o Romňa pal late.
O Dežis džanl’a, hoj pal e daj lake pharo,
čumidel lake tele pal o muj o apsa.

La grandiosa boda se hizo durante dos domingos;
como grandes reyes, hombres y mujeres romaníes
comían, bebían, tocaban y bailaban;
tropezaban con sus propios niños en el suelo.
Dezi estaba orgulloso de haberse unido a Aga;
Jula estaba furioso y tocaba sombríamente;
con címbalos cantaba la entristecida Aga,
junto a las romaníes reunidas en ocasión de la boda.
Dezi pensaba en lo difícil que le sería a ella
besar a su madre con lágrimas en el rostro.


Dežis
¡Mri romňi, le khameskri žara andre tute barol!

¡Esposa mía, el semblante del girasol va creciendo en ti!


III.

Jekh berš pregejl’a, e jara, o ňilaj,
o jejsos – jevende
o Roma baro balos kerde.
O čhaja šukar sar pro veš prajta,
o čhave e mašla tel e men,
rajkanes uchamen o bala.
E Aga – e rokl’a dži kije phuv,
barikaňi sar raňi phirel pal e zala.
Pal late džan le Juloskere labune jakha.
E Aga le Dežis na dikhel, šoha les na kamelas.
Avri paš e fala le Juloske andre angal’i pejl’as,
lengere jile labon sar duj bare jaga.
¡Jaj, bibachtal’i Aga, čori Aga!

Transcurrió un año: a la primavera, el verano,
el otoño y el invierno
hizo girar el grandioso rom [Dios].
Las hermosas doncellas eran como frondosos bosques;
los jóvenes tenían el nudo al cuello,
los caballeros cubrían sus cabellos.
El vestido de Aga llegaba hasta el suelo,
las señoras orgullosas se paseaban por la sala.
Todo eso veían los enardecidos ojos de Jula.
Aga no miraba a Dezi, no lo quería.
Fuera de los muros, cayó en brazos de Jula;
sus corazones ardían como dos excelsas fogatas.
¡Oh, mi desgraciada Aga, mi pobre Aga!


O Dežis sar dilino peskera romňa rodel.

Dezi enloquecía buscando a su romaní.


Phuri
Dža avri, dikheha. ¡Ma dara, marla la o Del!

Vé afuera, míralos. ¡No temen al castigo de Dios!


O Dežis chut’il’a, le Juloskri lavuta
churd’ard’a tel o pindre.

Dezi destrozó el violín de Jula
aplastándolo contra el suelo.


Dežis
¡Mi marel les e guta!

¡Que mi herida los golpee!


Phagerd’a e bugova, e cimbalma previsard’a,
sar bije god’i le Juloskere phrales mard’a,
marel le muršen, le džuvlen, mek le cikne čhavoren.

Se agitó el contrabajo, los címbalos se trastocaron,
cuando los hermanos de Jula supieron del castigo:
el hombre estaba herido, la mujer aún junto al joven.


Phuri 
¡Jaj Devla, imar o phandle aven!
¡O jakha tuke avri te čulan, lubňije bibachtali!
¡Pr’amende bida and’al! ¡Tu oleske sal došal’i!

¡Ah, Dios, ya están los policías!
¡Tus ojos se secarán, maldita puta!
¡De los amantes surge la miseria! ¡Tú eres la culpable de todo esto!


E Aga andre Julaskeri angal’i rovel asal.

Aga, en medio de los abatidos brazos de Jula, reía burlonamente.


Aga
¡Zoraha čorda man o Dežis, miro rom!
Akana mange phundirl’a miro drom.

¡A la fuerza me poseyó Dezi, mi esposo!
Ahora soy libre en mi camino.



IV.

Le Dežis ligende andre bertena, pro vasta phare trasta.
Bertenate bešel, churde apsa čhorel,
pre peskeri romňi dukhaha gondolinel.

Dezi fue llevado a prisión, con pesadas esposas en sus manos.
Sentado ahí en la cárcel, abundantes lágrimas le brotaban
mientras tristemente pensaba en su esposa.     

Dežis
Na irind’a mange aňi jekh liloro,
šilale murende bešav korkororo.

No me ha enviado ni una sola carta;
en estas frías paredes estoy sentado en soledad.


Bertenate cikňi blaka zathodi trastenca,
perdal late dikhel o Dežis rovi’arde jakhenca.

Por la pequeña ventana de la prisión, de firmes barrotes,
Dezi contemplaba con llorosos ojos.


Dežis
Av ke ma, tu gulo suno, av ajso lačho,
ča te delas o Del, ¡kaj o čačipen te navel čačo!

Ven a mí, dulce sueño, ven ya sosegada;
y quiera Dios, ¡que la realidad no sea cierta!

O Dežis zasovel, džal sune la Agaha.

Dezi cayó dormido, a sus sueños vino Aga.


Dežis
¡Avil’al ke ma, Ago, šunav tut, sar gil’ves!
¡Mri šukar romňori, me džanav, hoj man kames!
¡Sar cikňa čhajora likeravas tut andre angali,
tre jakha asanas, tu salas bachtal’i!
Leperes, sar delas brišind, tu andre šil izdrahas,
mro gerekos pre tu čhidom, teštoha tut tataravas,
khere man obchudňal, bares pes kamavahas,
tosara zasut’al pre miro jilo, me pre tiro.
Chav tro jiloro, chav tro ratoro,
užav pre ma, mri romňori, imar ča jekh beršoro.

¡Viniste a mí, Aga, escucho como cantas!
¡Mi dulce esposa, te veo y me enamoras!
¡Eres la tierna joven que contenía entre los brazos!
¡Tus ojos ríen, te sientes agraciada!
¿Recuerdas cuando temblabas bajo la lluvia?,
bajo mi abrigo te estreché, le dí calor a tu cuerpo;
abrazados en casa, con intensidad nos amamos;
al amanecer mi corazón todavía dormía, el mío era el tuyo.
Que tu corazón me espere, que tu sangre aguarde;
espera por mí, esposa mía, hazlo durante un año.



V.

E Aga le Dežis na leperel, pal o Julos merel.
O roma la koškeren, hoj le Dežis thod’a pre men jekh berš bertena.
Le Juloha pes dovakerd’a e Aga, hoj dujdžene denašena.
O čhon lenge o drom sikhavel,
e balvaj andro prajta rovl’arde gil’a bašavel.

Aga no recordaba ya a Dezi tras la herida de Jula.
Pero el rom cavilaba: Dezi había estado casi un año en prisión.
Jula acordó con Aga que escapasen juntos.
La luna iluminaba su camino,
el viento resonaba y cantaba amargamente en el ramaje.


Julos
Šun, Ago, tel o čhonoro lemange vera,
hoj dži tiro meriben mri romňi aveha.

Escucha, Aga, te lo juro bajo los rayos de la luna:
serás mi esposa hasta la misma muerte.


Aga
¡O Dežis avela khere!

¡Oh, Dezi irá hacia casa!


Julos
¡O Dežis degešis – me lavutaris baro!
¡Paš mande dživeha – paš leste tut ela pharo!
Thov tut pro lange khoča, rozmukh tre kale bala,
solachar, hoj man šoha na mukheha.

¡Dezi es un obsceno; yo, un grandioso violinista!
¡Conmigo vivirás, con él serás miserable!
Pónte de rodillas, suelta tus oscuros cabellos,
jura que nunca me abandonarás.


Thod’a pes pro lange khoča rozmukhle balenca.
Kal’il’a o čhon, o čercheňa rovenas rupune apsenca.

Ella se puso de rodillas y liberó sus cabellos.
La luna resplandecía, las estrellas derramaban lágrimas de plata.


Aga
Lav tuke vera, hoj tut šoha na mukhava.

Te doy mi palabra: nunca te dejaré.



VI.

Jekhe beršeha avel o Dežis khere andral e bertena.
La Agake cind’a somnakune čeňa,
topanki, khosno viragenca, pharuňi bhuza, roklica fodrenca.

Después de un año, Dezi salió de prisión y fue a su hogar.
Adquirió para Aga valiosos objetos de oro,
calzados, vestidos floreados, blusas sedosas y faldas con pliegues.


Dežis
Sako rat, mri romňi, džavas tuha sune,
mro šut’ardo jilo cind’arenas tre apsa rupune.

Todas las noches, esposa mía, tú venías en sueños;
mi reseco corazón se humedecía con refulgentes lágrimas por ti.


Sar dural khere avelas, e phuri les užarel pro drom.

De lejos se acercaba a casa; el anciano en el camino lo aguardaba.


Phuri
¡Ma sid’ar khere, Deži, la Aga hin aver rom!
Le Juloha svetos phirel.

¡No te apresures a casa, Dezi, que Aga está con el rom!
Se ha ido por el mundo junto a Jula.


Dežis
¡Mri dukh andre lengere jile!

¡Que mi dolor penetre en sus corazones!


E bari čhuri ilas, denašel pal e Aga.

El eminente puñal ya surcaba hacia Aga.


Dežis
¡Jaj Devla, pro meriben man te odsudzindehas!
¡Pre kapura bertenakri šel kl’igina te dinehas!
The tel e kal’i phuv me tumen rodava,
mizere tuke, Ago, sar tut arakhava.

¡Oh, Dios, me han condenado a muerte!
¡En los cientos de candados de las puertas de prisión yo te veía!
Y por el oscuro suelo te buscaba;
sea la desgracia para ti, Aga, pues tú la has buscado.


Rodelas len čhona pal savore Roma, veša, kandre, barale droma.
Jekhvar kijarat’i pal o romane khera andre čar
šund’ol e lavuta, e Aga gil’avel. Ačhia sar bar.

Por meses buscó entre los roma y los bosques, en espinosos y pedregosos caminos.
Cierta vez, al atardecer y alrededor de unas viviendas romaníes
escuchó el violín y a Aga que cantaba. Y se quedó petrificado.


Aga
Bar barestar o paňi džal,
mre jilestar o rat čulal,
čulal, čulal bo mušinel,
ča mro binos peha na lel.

De la dura piedra fluye el agua,
de mi corazón fluye sangre,
fluye y fluye como ha de ser,
pero mi pecado no se aleja.


Dežis
¡Av manca khere, Ago!

¡Ven conmigo a casa, Aga!


Aga
¡Deži! Na, le Juloske vera il’om.

¡Dezi! No, se lo he jurado a Jula.


Dežis
¡Mange sal romňi, jov ča tro pirano!

¡Tú eres mi esposa, él es sólo tu amante!


Aga
Leskere jileha miro jilo phandlo.

Su corazón y el mío ahora están unidos.


Dežis
¡Jov tut diliňarda peskera lavutaha,
šelen diliňarla ča dukh paš leste chaha,
adad’ives tut mek kamel, tajsa tut mukhela!
¡Na! ¡Na chaha dukh, mri romňi, aňi me aňi tu!

¡Él te ha enloquecido con su violín!,
A cientos enloqueció y luego lamentaron su abandono;
hoy todavía me amas, ¡pero mañana tú te irás!
¡No! ¡Dejemos ya de sufrir, esposa mía; tanto tú como yo!


O Dežis e čhuri lel, andro jilo la Agake la demel,
premardo čhuraha pre lakero teštos perel.
O Julos kamel le Dežis te hazdel – dikhel: murdardo hino.

Dezi tomó el puñal y lo hundió en el corazón de Aga;
apuñalada con furia, su cuerpo se desplomó.
Jula quiso apartar a Dezi, pero al verlo, ya estaba muerto.  

Phuri
¡Jaj, Romale, ma rušen pre lende!
E balvaj lenge mulane gil’a gil’avel,
kaštune band’on upral lende,
o čerčheňa peskere apsenca moren lengero binos tele.
Le Juloskeri lavuta lal’i, mul’i ačhila,
o Julos šoha khere na avil’a.
Al’e ola trin terne dziven, na meren -
bo pal lende paramisa o Roma vakeren.

¡Oh, romaníes, no se indignen por ellos!
El viento le entona una canción a sus muertos,
los árboles se inclinan sobre ellos,
las estrellas derraman lágrimas por sus pecados.
El violín de Jula resonó, junto a los muertos se quedó;
Jula nunca más regresó al hogar.
Sin embargo, estos tres jóvenes viven todavía, no han muerto;
están en los cuentos que aún narran los romaníes.




Fuentes:

- Lacková, Elena (2001). Ago, Ago, tre kale jakha… Romano Džaniben 8, pp. 17-21.

- Steklá, Radka (2006). Elena Lacková - romská publicistka, spisovatelka a média; introducción y pp. 23-24. Praga. Tesis –primera en su género- para su graduación en periodismo en la Universidad Carlos de Praga. La autora es también especialista en estudios romaníes dentro de la misma institución y activista por los derechos del pueblo rom.



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